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Jose ramon gamo neurodidactica
Webinar educar es todo “7 claves para educar a un buen
En los últimos años la neurociencia está arrojando luz sobre la evidencia científica de cómo funciona nuestro cerebro cuando aprendemos en contextos naturales. Descubrimientos sobre cómo aprendemos, qué nos motiva a hacerlo, qué condiciones lo favorecen…
Y es precisamente de estas nuevas investigaciones de donde surge la neurodidáctica, basada en los nuevos conocimientos de la neurociencia como precepto de cambio en la metodología de la enseñanza en el aula. Por lo tanto, es necesario un cambio en el paradigma educativo real, dejando atrás siglos de una metodología obsoleta, que ya está más que demostrada su ineficacia. El profesor pasa a tener un papel principal como motivador y potenciador de ese aprendizaje, siendo parte de esa transferencia de conocimiento. Pudiendo encontrar en la red y en los blogs herramientas para crear su propio material, rediseñando espacios y formas de evaluar.
Para aprender nos tenemos que emocionar (de esta manera activamos, motivación, atención y memoria) hay que estimular a la amígdala de los alumnos (que es donde se encuentra la emoción) con emoción y sorpresa para producir aprendizaje, de ahí que funcionen los proyectos elegidos por ellos mismos.
El cerebro azucarado | #neurociencia para todos
Ya sea en Estados Unidos, Asia o Europa, los nuevos estudios científicos apuntan en la misma dirección: necesitamos emoción para aprender. Esta es la conclusión a la que han llegado numerosos investigadores tras analizar cómo funciona el cerebro mientras estudiamos, trabajamos o realizamos otras actividades intelectuales. Esta nueva disciplina se conoce como neurociencia educativa o neuroeducación, y el objetivo es situar las emociones en el centro del proceso de aprendizaje.
Los resultados de un estudio realizado por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en 2010 marcaron un punto de inflexión para los científicos del sector, después de que un grupo de investigadores utilizara un sensor para monitorizar la actividad cerebral de un estudiante universitario durante las 24 horas del día. Las conclusiones del estudio fueron sorprendentes: la actividad cerebral del estudiante medida durante las clases es similar a la observada cuando ve la televisión. En otras palabras, muy baja. El estudio del MIT puso en entredicho la pasividad del aprendizaje tradicional y reclamó nuevos métodos para activar el cerebro y mejorar el aprendizaje.
¿cómo se aprende?
Se ha demostrado que el aprendizaje no puede limitarse a la adquisición de una serie de conceptos y procedimientos que tradicionalmente se han considerado importantes. Según estudios recientes, el ejercicio físico diario puede modificar el entorno químico y neuronal del cerebro y facilitar así el aprendizaje. El ejercicio produce algunos neurotransmisores, como la serotonina, la noradrenalina y la dopamina, que desempeñan un papel crucial en la atención y la motivación. Por lo tanto, no es buena idea reducir el número de clases de educación física. Algunos estudios señalan que los niños necesitan hacer algunos descansos cortos durante el tiempo que pasan en el colegio, ya que eso les permite moverse y estar activos.
En este sentido, el libro apuesta por aumentar la educación artística y musical, ya que “existen pruebas empíricas de la capacidad de las clases de música para mejorar la capacidad intelectual, el rendimiento académico, la conciencia fonológica y la decodificación de palabras”. Además, los autores destacan los efectos positivos de la práctica de los juegos y las artes escénicas en el ámbito escolar, ya que permiten a los alumnos convertir conceptos abstractos en concretos, mejoran el vocabulario de los estudiantes y aumentan la autoestima y el autocontrol, entre otros muchos beneficios. Además, las reglas del juego proporcionan a los alumnos cierta disciplina.
S-75. conferencia: ‘neurobiología del aprendizaje y la
La neuroeducación, como nueva disciplina académica que surge de la integración de los conocimientos de la neurociencia aplicada al aprendizaje, supone un impulso muy importante para la innovación educativa con fundamentos científicos a los que se suman los tradicionales de la pedagogía moderna.
El objetivo general de esta Cátedra es contribuir a la transferencia de conocimientos y a la formación de profesionales de cualquier ámbito de la educación (profesores de todos los niveles educativos, educadores, psicopedagogos, psicólogos, sociólogos, etc.), así como a la difusión del conocimiento a la sociedad, sin olvidar la investigación en el campo de la neuroeducación.
En definitiva, las actividades que se promueven, por tanto, van encaminadas a promover cambios pedagógicos y educativos, y por tanto sociales, que mejoren y optimicen la formación flexible, adaptable e inclusiva de las personas, con especial énfasis en los niños, adolescentes y jóvenes.
Profesor del postgrado de neuroeducación de la Universidad de Barcelona, del master de neurodidáctica del CADE de Madrid y de la diplomatura de neuroeducación de la Universidad Nacional de Villa María de Argentina. Autora del libro Neuroeducación en el aula. De la teoría a la práctica y coautor de Neuromitos en la educación. Aprendiendo de la neurociencia. Colabora con la revista Cuadernos de Pedagogía de la que es miembro del Consejo Asesor.