Tipos de economia colaborativa

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Estos ámbitos forman el marco de una red económica muy flexible. La red -la llamaremos economía colaborativa, para simplificar- permite a las personas intercambiar bienes tangibles e intangibles entre sí a gran escala. Estas relaciones de intercambio suelen socavar los acuerdos tradicionales de venta al por menor o de empleo, generalmente reduciendo la fricción de las transacciones o eliminando por completo a los intermediarios.
Ahora puedes obtener un préstamo personal sin garantía directamente de tus compañeros, compartir el mismo espacio de oficina con docenas de empresas diferentes y alojarte en casa de un desconocido en lugar de en un hotel cuando viajas fuera de la ciudad.
Al facilitar el intercambio de recursos bajo demanda, la economía colaborativa aumenta la eficiencia. En muchas circunstancias, permite a los participantes arreglárselas sin poseer objetos valiosos, como coches, al tiempo que crea oportunidades para que otros extraigan valor de posesiones o talentos ociosos.
No sería posible sin la tecnología. Prácticamente todas las formas de consumo colaborativo utilizan Internet para conectar a los proveedores con los clientes, ya sea alquilando una casa a través de Airbnb, compartiendo su coche en Turo o alquilando su espacio extra a través de Neighbor.com.

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La sección principal de este artículo puede ser demasiado corta para resumir adecuadamente los puntos clave. Por favor, considere la posibilidad de ampliar el lead para proporcionar una visión general accesible de todos los aspectos importantes del artículo. (Julio de 2018)
El consumo colaborativo engloba la economía colaborativa. El consumo colaborativo puede definirse como el conjunto de sistemas de circulación de recursos, que permiten a los consumidores tanto “obtener” como “proporcionar”, temporal o permanentemente, recursos o servicios valiosos a través de la interacción directa con otros consumidores o a través de un mediador[1][2] El consumo colaborativo no es nuevo; siempre ha existido (por ejemplo, en forma de mercadillos, reuniones de intercambio, ventas de garaje, ventas de coches y tiendas de segunda mano)[3][4].
La primera explicación detallada del consumo colaborativo en la era moderna figura en un artículo de Marcus Felson y Joe L. Spaeth en 1978[6]. Ha recobrado un nuevo impulso gracias a las tecnologías de la información, especialmente la Web 2.0, la tecnología móvil y los medios sociales[7].
Un estudio de junio de 2018,[8] que utiliza la bibliometría y el análisis de redes, analizó la evolución de la investigación académica sobre el consumo colaborativo, e identificó que esta expresión comenzó en 2010 con el libro de Botsman y Rogers (2010) What’s Mine is Yours: The Rise of Collaborative Consumption. El número de estudios publicados sobre el tema aumentó entonces en 2014. Además, hay cuatro grupos de investigación 1) exploración y conceptualización del consumo colaborativo; 2) comportamiento del consumidor y empirismo del marketing; 3) mutualización y sistemas de intercambio; 4) sostenibilidad en la economía colaborativa. El análisis sugiere que este último clúster estaba poco investigado en contraste con los otros tres, pero ha comenzado a aumentar su importancia desde 2017.

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La economía compartida o Sharing Economy es un marco de un modelo económico muy flexible en el que los bienes y servicios se proporcionan, adquieren o comparten entre particulares, básicamente un modelo peer-to-peer (P2P). La Economía Compartida suele implicar una plataforma online basada en la comunidad que conecta a compradores y vendedores.
La gente ha compartido activos durante miles de años, pero con la llegada de la tecnología y el uso de big data, es más fácil que los propietarios de activos y los que buscan esos activos se encuentren. Este concepto también se conoce como economía compartida, economía colaborativa, consumo colaborativo o economía entre iguales. Las economías compartidas permiten a los individuos y a los grupos ganar dinero con sus activos infrautilizados u ociosos alquilándolos, en pocas palabras.
El concepto de Economía Compartida ha ganado rápidamente una gran aceptación en el mundo actual. Como resultado, cada vez más personas se alejan del sistema tradicional y se adentran en un sistema que permite compartir recursos, información, ideas y servicios, permitiendo así una mayor colaboración.

la economía colaborativa de airbnb

En el capitalismo, la economía colaborativa es un sistema socioeconómico construido en torno a compartir recursos. A menudo implica una forma de adquirir bienes y servicios que difiere del modelo de negocio tradicional de las empresas que contratan empleados para producir productos que venden a los consumidores. Incluye la creación, producción, distribución, comercio y consumo compartidos de bienes y servicios por diferentes personas y organizaciones. Estos sistemas adoptan una variedad de formas, a menudo aprovechando la tecnología de la información (en particular las plataformas digitales) para empoderar a los individuos, las empresas, las organizaciones sin fines de lucro y el gobierno con la información que permite la distribución, el intercambio y la reutilización del exceso de capacidad en bienes y servicios[1][2][3][4][5].
El término “economía colaborativa” empezó a aparecer en la época de la Gran Recesión, de las tecnologías sociales y de una creciente sensación de urgencia en torno al crecimiento de la población mundial y el agotamiento de los recursos. Lawrence Lessig fue posiblemente el primero en utilizar el término en 2008, aunque otros afirman que el origen del término es desconocido[6][7] Dariusz Jemielniak y Aleksandra Przegalinska atribuyen al artículo académico de Marcus Felson y Joe L. Spaeth “Community Structure and Collaborative Consumption” publicado en 1978[8] la acuñación del término economía del compartir[9]: 6

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