botnet ddos
Una botnet es un número de dispositivos conectados a Internet, cada uno de los cuales ejecuta uno o más bots. Las redes de bots pueden utilizarse para realizar ataques de denegación de servicio distribuidos (DDoS), robar datos,[1] enviar spam y permitir al atacante acceder al dispositivo y a su conexión. El propietario puede controlar la botnet mediante un software de comando y control (C&C)[2] La palabra “botnet” es un portmanteau de las palabras “robot” y “red”. El término suele utilizarse con una connotación negativa o maliciosa.
Una botnet es una colección lógica de dispositivos conectados a Internet, como ordenadores, teléfonos inteligentes o dispositivos del Internet de las cosas (IoT), cuya seguridad ha sido violada y cuyo control ha sido cedido a un tercero. Cada dispositivo comprometido, conocido como “bot”, se crea cuando un dispositivo es penetrado por el software de una distribución de malware (software malicioso). El controlador de una botnet es capaz de dirigir las actividades de estos equipos comprometidos a través de canales de comunicación formados por protocolos de red basados en estándares, como el IRC y el Protocolo de Transferencia de Hipertexto (HTTP)[3][4].
el malware de las botnets
Las botnets en sí mismas son simplemente una red de dispositivos. Es cuando los ciberdelincuentes inyectan malware en la red para controlarlos como un colectivo que se utiliza para lanzar ciberataques. Los ataques de botnets pueden utilizarse para enviar spam, robar datos, comprometer información confidencial, perpetuar fraudes publicitarios o para lanzar ataques más peligrosos de denegación de servicio distribuido o DDoS.
Los ataques de redes de bots pueden considerarse un tipo específico del “ataque de bots” más general. Los ataques de bots son ciberataques que utilizan peticiones web automatizadas para manipular un sitio web, una aplicación o un dispositivo.
Al principio, los ataques de bots consistían en simples operaciones de spam, pero han evolucionado hasta ser de naturaleza más compleja, con la intención de defraudar o manipular a los usuarios. Una de las razones es la disponibilidad de herramientas de código abierto para construir bots, conocidas como botkits.
Estos botkits, que suelen estar disponibles de forma gratuita en Internet o en la Dark Web, pueden utilizarse para llevar a cabo tareas nefastas como el scraping de un sitio web, la toma de control de una cuenta, el abuso de los envíos de formularios y la creación de ataques de redes de bots, incluidos los ataques DDoS.
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Una red de bots es un número de dispositivos conectados a Internet, cada uno de los cuales ejecuta uno o más bots. Las redes de bots pueden utilizarse para realizar ataques de denegación de servicio distribuidos (DDoS), robar datos,[1] enviar spam y permitir al atacante acceder al dispositivo y a su conexión. El propietario puede controlar la botnet mediante un software de comando y control (C&C)[2] La palabra “botnet” es un portmanteau de las palabras “robot” y “red”. El término suele utilizarse con una connotación negativa o maliciosa.
Una botnet es una colección lógica de dispositivos conectados a Internet, como ordenadores, teléfonos inteligentes o dispositivos del Internet de las cosas (IoT), cuya seguridad ha sido violada y cuyo control ha sido cedido a un tercero. Cada dispositivo comprometido, conocido como “bot”, se crea cuando un dispositivo es penetrado por el software de una distribución de malware (software malicioso). El controlador de una botnet es capaz de dirigir las actividades de estos equipos comprometidos a través de canales de comunicación formados por protocolos de red basados en estándares, como el IRC y el Protocolo de Transferencia de Hipertexto (HTTP)[3][4].
malware
¿Qué es un ataque de botnet y cómo se puede detener uno? Una botnet (derivado de “red de robots”) es un gran grupo de dispositivos y ordenadores conectados a Internet infectados con malware y controlados por un único operador. Los atacantes utilizan estos dispositivos comprometidos para lanzar ataques a gran escala con el fin de interrumpir servicios, robar credenciales y obtener acceso no autorizado a sistemas críticos. El modelo de mando y control de la botnet permite al atacante o atacantes hacerse cargo de las operaciones de estos dispositivos para controlarlos de forma remota. La fuerza de una botnet reside en el número de máquinas infectadas que contiene. Los atacantes pueden controlar las redes de bots de forma remota y recibir actualizaciones de software de ellas, utilizando esas actualizaciones para cambiar rápidamente su comportamiento.
Un ataque de botnet es un ciberataque a gran escala llevado a cabo por dispositivos infectados con malware que son controlados de forma remota. Convierte los dispositivos comprometidos en “bots zombis” para un controlador de la red de bots. A diferencia de otros programas maliciosos que se replican dentro de una sola máquina o sistema, las redes de bots suponen una mayor amenaza porque permiten a un actor de la amenaza realizar un gran número de acciones al mismo tiempo. Los ataques de redes de bots se asemejan a tener un actor de la amenaza trabajando dentro de la red, a diferencia de una pieza de malware que se auto-replica.