Contenidos
Como enfrentarse a un jefe despota
Cómo hacer que tu jefe se sienta miserable
Para la mayoría de los empleados, los jefes de sus organizaciones son una fuente de estrés más que de inspiración. Como los malos jefes son omnipresentes, es difícil evitarlos. Entonces, ¿cuál es la mejor manera de enfrentarse a un jefe que provoca estrés? En primer lugar, aprende a predecir sus patrones de comportamiento y su consiguiente estado de ánimo, lo que te ayudará a prepararte para afrontar la situación. Intenta no empeorar las cosas siendo tú mismo una fuente de estrés. Si molestas o disgustas a tu jefe, o el trabajo que realizas es inaceptable, puedes esperar que afloren los peores aspectos de su personalidad. En lugar de eso, hazte indispensable para tu jefe y asegúrate de que se vea mejor contigo a bordo. Por muy estresante que sea tu jefe, y por muy bien que sepas lidiar con su lado oscuro, la única forma de asegurarte de que sigues en su lado bueno es siendo un recurso valioso para él.
Como los malos jefes son omnipresentes, es difícil evitarlos. La mejor manera de lidiar con uno sería, por supuesto, dejarlo, pero el siguiente puede ser igual de malo, o incluso peor. A veces el diablo que conoces es mejor que el diablo que no conoces. Y aunque el trabajo por cuenta propia es tentador -es mucho más difícil quejarse del jefe cuando el jefe eres tú-, las personas que trabajan por su cuenta tienden a trabajar más horas sólo para ganar menos, y hacen una contribución menor a la economía en general que cuando están empleadas por una organización.
Cuando tu jefe te hace sentir incompetente
Identifica tus prioridades y valores “Antes de dirigirte a tu jefe con tus preocupaciones, tómate un momento para considerar qué es lo que más te importa y qué situaciones han comprometido tu felicidad en el trabajo”, aconseja. “Por ejemplo, si tus hijos son tu prioridad y tu jefe interrumpe constantemente tu tiempo con ellos organizando reuniones improvisadas, eso podría ser tu punto de ruptura”.
Mantén una conversación sincera “Puede ser una conversación incómoda, pero si tu jefe no parece entender o respetar tus límites, es importante que hables y comuniques claramente tus necesidades. Ten en cuenta el estilo de comunicación de tu jefe; por ejemplo, si no aprecia a las personas que se andan con rodeos, es mejor que seas directo. Sin embargo, si te preocupa que convocar una reunión específicamente para esta conversación pueda poner a tu jefe a la defensiva, considera la posibilidad de incluirla en otra reunión”.
Proporcione ejemplos “Es mucho más fácil proporcionar retroalimentación a su jefe cuando puede ofrecer ejemplos claros y recientes de cuándo se violaron sus límites”, explica Augustine. “Si aún no lo has hecho, empieza a documentar las ocasiones en las que tu jefe dijo o hizo algo que te pareció inapropiado y que puedas referenciar durante esta discusión. Esto también puede ayudarte a proporcionar los registros que necesitas en caso de que las cosas se intensifiquen y RRHH se involucre.”
Cómo decirle a tu jefe que él es el problema
Demasiados de nosotros hemos tenido uno: el jefe matón del infierno. Uno que no te gusta a la vista. Uno que empieza siendo dulce y ligero, y luego empieza a socavarte. Uno que lleva tus niveles de estrés a la estratosfera. Uno que no tiene ningún problema en denigrarte delante de los demás o en despotricar como Howard Beale con metanfetamina. La buena noticia: eres demasiado mayor para soportarlo. “No lo racionalices”, dice el doctor Gary Namie, fundador del Workplace Bullying Institute. “El acoso no es un proceso racional”.
Pero hay pasos que puedes dar para atacar el problema que no implican aceptarlo o correr hacia las salidas (al menos no al principio). Namie nos los explicó. Y tenemos aún más consejos sobre cómo lidiar con un mal jefe aquí.
Hay un proceso discriminatorio en marcha. Los matones señalan a las personas para que sufran. Otras personas tienen tiempo para arreglar los errores y se les perdonan las pequeñas infracciones. Pero para el objetivo, la miseria social se descarga desproporcionadamente sobre ellos. Un jefe justo y coherente aplica las exigencias a todos. Además, cuando se acaba la hora de la verdad y se completa un proyecto, pueden apagarlo y celebrarlo. Pero con un jefe acosador, no hay una etapa final de celebración. En nuestra encuesta de 2014, el 56% de los acosadores en los lugares de trabajo estadounidenses son jefes. Si tu jefe te tiene estresado, echa un vistazo a estos trucos para combatir el estrés en el trabajo.
Jefe controlador
Todos queremos tener jefes que nos apoyen y animen y que también formen parte de nuestra historia de éxito. Pero en el mundo real, esto no siempre es así. A veces puedes tener un jefe que es autoritario, te presiona constantemente y causa estragos en tu salud mental.
“Un jefe excesivamente exigente puede exigirte que trabajes más allá del horario habitual aunque el volumen de trabajo no lo requiera; puede insistir en informes adicionales que ni siquiera se leen; ordenar muchos ‘proyectos especiales’; o querer aprobar cada decisión que tomes”, dice Rita Friedman, coach profesional y redactora de currículos con sede en Filadelfia.
Un jefe prepotente querrá que realices varias tareas al mismo tiempo, sin importarle el tiempo o si tienes suficiente información para realizarlas. No les importa; sólo quieren sus resultados y los quieren ya. Es fácil empezar a sentirse agobiado, frustrado e incluso infeliz cuando se trabaja para un jefe con estas características. Pero hay formas de sortear la situación. Hemos investigado y hemos reunido seis consejos probados por expertos para ayudarte a lidiar con un jefe prepotente.