Tema del iot

El término IoT, o Internet de las cosas, se refiere a la red colectiva de dispositivos conectados y a la tecnología que facilita la comunicación entre los dispositivos y la nube, así como entre los propios dispositivos. Gracias a la llegada de chips informáticos baratos y a las telecomunicaciones de gran ancho de banda, ahora tenemos miles de millones de dispositivos conectados a Internet. Esto significa que dispositivos cotidianos como cepillos de dientes, aspiradoras, coches y máquinas pueden utilizar sensores para recoger datos y responder de forma inteligente a los usuarios.

La Internet de los objetos integra las “cosas” cotidianas con Internet. Los ingenieros informáticos llevan añadiendo sensores y procesadores a los objetos cotidianos desde los años 90. Sin embargo, el progreso fue inicialmente lento porque los chips eran grandes y voluminosos. Los chips informáticos de baja potencia, llamados etiquetas RFID, se utilizaron por primera vez para rastrear equipos caros. A medida que los dispositivos informáticos reducían su tamaño, estos chips también se hacían más pequeños, más rápidos y más inteligentes.

El coste de la integración de la potencia informática en los objetos pequeños se ha reducido considerablemente. Por ejemplo, se puede añadir conectividad con capacidades de servicios de voz de Alexa a MCU con menos de 1MB de RAM integrada, como en el caso de los interruptores de la luz. Ha surgido toda una industria centrada en llenar nuestros hogares, empresas y oficinas de dispositivos IoT. Estos objetos inteligentes pueden transmitir automáticamente datos hacia y desde Internet. Todos estos “dispositivos informáticos invisibles” y la tecnología asociada a ellos se denominan colectivamente Internet de los objetos.

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Internet de las cosas pdf

¿Cuáles son los beneficios del Internet de las cosas para las empresas? Los beneficios del Internet de las cosas para las empresas dependen de la implementación concreta; la agilidad y la eficiencia suelen ser las consideraciones principales. La idea es que las empresas tengan acceso a más datos sobre sus propios productos y sistemas internos, y una mayor capacidad para realizar cambios como resultado. Vea también: Cómo las pymes pueden maximizar los beneficios de las iniciativas de IoT Los fabricantes están añadiendo sensores a los componentes de sus productos para que puedan transmitir datos sobre su rendimiento. Esto puede ayudar a las empresas a detectar cuándo es probable que un componente falle y a cambiarlo antes de que cause daños. Las empresas también pueden utilizar los datos generados por estos sensores para hacer que sus sistemas y sus cadenas de suministro sean más eficientes, porque tendrán datos mucho más precisos sobre lo que realmente está pasando.

Es un proyecto de mejora de capital del tamaño de todo el planeta, que sustituye una arquitectura inalámbrica creada este siglo por otra que pretende reducir el consumo de energía y los costes de mantenimiento.

Cómo funciona el iot

En los últimos años, el IoT se ha convertido en una de las tecnologías más importantes del siglo XXI. Ahora que podemos conectar objetos cotidianos -electrodomésticos, coches, termostatos, monitores de bebés- a Internet a través de dispositivos integrados, es posible una comunicación sin fisuras entre personas, procesos y cosas.

Gracias a la informática de bajo coste, la nube, los macrodatos, la analítica y las tecnologías móviles, los objetos físicos pueden compartir y recopilar datos con una mínima intervención humana. En este mundo hiperconectado, los sistemas digitales pueden registrar, controlar y ajustar cada interacción entre las cosas conectadas. El mundo físico se encuentra con el mundo digital y cooperan.

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Las Aplicaciones Inteligentes IoT son aplicaciones de software como servicio (SaaS) preconstruidas que pueden analizar y presentar los datos capturados de los sensores IoT a los usuarios de la empresa a través de paneles de control. Disponemos de un conjunto completo de aplicaciones inteligentes IoT.

Las aplicaciones IoT utilizan algoritmos de aprendizaje automático para analizar cantidades masivas de datos de sensores conectados en la nube. Mediante cuadros de mando y alertas de IoT en tiempo real, se obtiene visibilidad de los indicadores clave de rendimiento, estadísticas de tiempo medio entre fallos y otra información. Los algoritmos basados en el aprendizaje automático pueden identificar anomalías en los equipos y enviar alertas a los usuarios, e incluso desencadenar correcciones automáticas o contramedidas proactivas.

Ejemplos de iot

El Internet de las cosas (IoT) describe objetos físicos (o grupos de estos objetos) que llevan incorporados sensores, capacidad de procesamiento, software y otras tecnologías, y que se conectan e intercambian datos con otros dispositivos y sistemas a través de Internet u otras redes de comunicación[1][2][3][4].

Hay una serie de preocupaciones sobre los riesgos en el crecimiento de las tecnologías y productos de la IO, especialmente en las áreas de privacidad y seguridad, y en consecuencia, la industria y los movimientos gubernamentales para hacer frente a estas preocupaciones han comenzado, incluyendo el desarrollo de normas internacionales y locales, directrices y marcos regulatorios[6].

El concepto principal de una red de dispositivos inteligentes se discutió ya en 1982, con una máquina expendedora de Coca-Cola modificada en la Universidad Carnegie Mellon que se convirtió en el primer aparato conectado a ARPANET,[7] capaz de informar de su inventario y de si las bebidas recién cargadas estaban frías o no[8] El documento de Mark Weiser de 1991 sobre la computación ubicua, “El ordenador del siglo XXI”, así como lugares académicos como UbiComp y PerCom produjeron la visión contemporánea de la IOT. [En 1994, Reza Raji describió el concepto en IEEE Spectrum como “[mover] pequeños paquetes de datos a un gran conjunto de nodos, para integrar y automatizar todo, desde los electrodomésticos hasta fábricas enteras”[11] Entre 1993 y 1997, varias empresas propusieron soluciones como Microsoft’s at Work o Novell’s NEST. El campo cobró impulso cuando Bill Joy imaginó la comunicación de dispositivo a dispositivo como parte de su marco “Seis Webs”, presentado en el Foro Económico Mundial de Davos en 1999[12].