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La sección principal de este artículo puede ser demasiado corta para resumir adecuadamente los puntos clave. Por favor, considere la posibilidad de ampliar la cabecera para ofrecer una visión general accesible de todos los aspectos importantes del artículo. La razón es: también se podría acortar parte del cuerpo del artículo (septiembre de 2021)
Poco a poco, las instituciones de la UE acordaron adoptar nuevas medidas para hacer frente a la crisis económica y ayudar a los Estados miembros. A mediados de marzo, Christin Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE), adoptó el Programa de Compras de Emergencia para la Pandemia (PEPP), un programa temporal de compras de 750.000 millones de euros para hacer frente a la emergencia de la pandemia. El Consejo de Gobierno del BCE estableció que las compras se harían en la medida en que fueran “necesarias y proporcionadas” para alcanzar los “objetivos del mandato”[5] El 4 de junio de 2020, el BCE decidió ampliar este programa y le añadió 600.000 millones de euros, para un total de 1350.000 millones de euros. [6] El 19 de marzo de 2020, la Comisión Europea adoptó un marco temporal que permitía a los Estados miembros flexibilidad para apoyar sus economías nacionales con paquetes estatales de recuperación,[7] seguido dos días después por el acuerdo del Consejo de Gobierno del BCE de flexibilizar las normas fiscales “iniciando la cláusula general de escape del pacto de estabilidad y crecimiento”[8] El 15 de mayo, el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) también intervino y creó el “apoyo a la crisis pandémica”[9].
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La Comisión Europea emitirá grandes cantidades de deuda común (hasta 750.000 millones de euros), respaldada por todos los Estados miembros y que, en principio, se reembolsará con nuevas fuentes de ingresos a nivel europeo, en forma de impuestos europeos, como una tasa sobre el plástico o aranceles sobre productos altamente contaminantes. Si estos fondos se utilizan correctamente, además de transformar la economía europea haciéndola más digital, verde e inclusiva, el NGEU prepara el camino para una mayor integración fiscal y un papel más fuerte del euro en el sistema monetario internacional.
Más de seis meses después de la creación del fondo, empezamos a tener una imagen más clara de su funcionamiento y gobernanza, así como de las fechas y condiciones de desembolso de los fondos. En este artículo se analizan las cifras que actualmente son de dominio público.
Más allá de su magnitud, cualquiera que haya consultado las cifras de la respuesta europea a la pandemia se habrá dado cuenta de lo difícil que es entender su distribución, tanto por países como por programas o niveles administrativos. Más allá de las etiquetas “verde”, “digital” e “inclusiva” y del tan repetido precio de 750.000 millones de euros, sigue existiendo una gran confusión, así como muchos cabos sueltos por atar. Esta sección intenta comprender estas cifras y aclarar algunos conceptos erróneos.
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Arne SchildbergAtenasArne Schildberg dirige la oficina de la Friedrich-Ebert-Stiftung en Atenas. Anteriormente trabajó en el departamento de Política Internacional de la Friedrich-Ebert-Stiftung y dirigió la oficina de la Friedrich-Ebert-Stiftung en Addis Abeba. Estudió Relaciones Internacionales en Leipzig y París.
Si por favor, me gustaría recibir el boletín de IPS. Michael BraunRomaEl Dr. Michael Braun es investigador asociado de la Friedrich-Ebert-Stiftung en Italia. Estudió ciencias políticas y realizó su doctorado sobre los sindicatos italianos.
Arne SchildbergAtenasArne Schildberg dirige la oficina de la Friedrich-Ebert-Stiftung en Atenas. Anteriormente trabajó en el departamento de Política Internacional de la Friedrich-Ebert-Stiftung y dirigió la oficina de la Friedrich-Ebert-Stiftung en Addis Abeba. Estudió Relaciones Internacionales en Leipzig y París.
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Las ayudas del PNGE se utilizarán para hacer que la economía sea más ecológica y digitalizada, para mejorar el disfuncional mercado laboral (la tasa de desempleo se sitúa por encima del 15%, casi el doble de la media de la UE, y más del 30% de los menores de 25 años están sin trabajo) y para realizar mejoras en el sistema educativo, en el que la tasa de abandono escolar prematuro es del 17% (por encima de la media de la UE del 9,9%) y más del 30% de los jóvenes de 15 años repiten curso (por encima de la media de la OCDE del 13%).
Los fondos totales de la NGEU para España ascienden a 140.000 millones de euros (el 11% del PIB del país en 2019), lo que supone la segunda mayor suma después de Italia. Los fondos se reparten entre subvenciones y préstamos (estos últimos aún no han sido utilizados). El 40% de las subvenciones se destinará a objetivos climáticos, el 28% a objetivos digitales y el resto a medidas destinadas a reforzar la “resiliencia económica y social”.
La entrada de fondos sin precedentes puede parecer el maná del cielo, pero vienen con condiciones y no son la panacea para los profundos problemas estructurales de España. Los fondos, que se liberarán en tramos, están supeditados a que el Gobierno realice reformas en ámbitos políticamente sensibles, como la fiscalidad, las pensiones (un sistema que se considera ampliamente insostenible en su forma actual) y el mercado laboral, en particular en lo que respecta al uso abusivo de los contratos temporales (que actualmente suponen más del 24% de todos los contratos de trabajo).