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Asimismo, los artistas utilizan cada vez más estas plataformas para llegar a los coleccionistas, mostrar su cartera y revelar el proceso creativo que hay detrás de sus obras. De hecho, estas herramientas pueden considerarse esenciales para los creativos de hoy en día.
En primer lugar, la gran cantidad de trabajo que es necesario para estar continuamente al tanto de todo, publicando semanalmente, compartiendo regularmente historias, fotos, información… El marketing en redes sociales es un trabajo a tiempo completo que requiere constancia y dedicación.
Además, la forma tan visual y esquemática en la que aparecen los perfiles de las redes sociales hace que sea fácil comparar el propio trabajo con el de otros artistas, quizá en una fase posterior de su carrera, establecidos o con más fondos. Esto puede ser desalentador para los artistas jóvenes, emergentes o estudiantes de arte.
Además, la estructura fija en la que hay que encajar para tener éxito no funciona para todos los artistas ni para todos los medios. Las esculturas se aplanan y todo tiene que exponerse en apretados cuadrados regulares. Todo esto reduce las obras de arte a un formato predeterminado, lo que dificulta la comprensión de que hay más en la obra de un artista que lo que se puede ver en estas plataformas.
deviantart
Una cosa está clara: las redes sociales están redefiniendo la forma de hacer negocios en el mundo del arte. El año pasado, más del 80% de los compradores de arte de la Generación Y compraron obras de arte en línea, y casi la mitad de los compradores en línea utilizaron Instagram para fines relacionados con el arte, reveló Gotham Magazine.
Los medios de comunicación sociales, que han reducido los medios tradicionales, te permiten hablar con tus seguidores sobre quién eres y qué estás haciendo. Alguien puede preguntar por una obra y, en un instante, está vendida. Y, con un fatídico “follow”, los ojos respetados del sector pueden considerar tu trabajo a diario.
Tomemos este ejemplo de VICE: Los artistas emergentes bp laval y Genieve Figgis publicaban sus obras en Instagram cuando Richard Prince se fijó en ellas y les ayudó a lanzar sus carreras, a conseguir exposiciones y mucho más.
¿Aún no estás convencido? En un momento, la artista Dan Lam estaba enseñando en un colegio comunitario, y al minuto siguiente estaba enviando una obra a Miley Cyrus y siendo presentada en Art Basel. Lee más sobre su historia de éxito en Instagram aquí.
Las redes sociales en línea pueden ser una forma excelente de atraer a un gran número de personas a tu trabajo y cada vez es más esencial el uso de estas plataformas para los creativos. Son herramientas de promoción valiosas (y gratuitas) para tu práctica, exposiciones o proyectos en los que participas y pueden conducir a otras oportunidades como más exposiciones, cobertura de prensa, trabajos artísticos e incluso la venta de obras. Su uso regular es una forma creativa de construir su perfil público como artista y una manera de investigar el mundo del arte para construir y crear nuevas redes. Sin embargo, mantener cualquier red social lleva tiempo y cada una tiene sus propias peculiaridades y etiqueta que hay que negociar cuando se empieza.
Con todos los sitios de redes sociales comprueba cuidadosamente los términos y condiciones de las redes sociales que te interesan antes de publicar imágenes de tu trabajo. La mayoría tienen acuerdos de licencia incluidos en sus condiciones de servicio, por lo que estás cediendo algunos derechos limitados para que tu contenido sea reutilizado sin tu permiso.
Instagram es posiblemente la red social más importante para el arte contemporáneo en la actualidad, y destaca como un caso de estudio clave para entender la ola digital que está sacudiendo el mundo del arte. Lanzada en 2010, la plataforma para compartir imágenes cuenta ahora con más de 600 millones de usuarios activos. Tal y como demuestran estudios recientes, el increíble éxito de Instagram se debe a la necesidad de las personas de “interactuar, archivar, expresarse, evadirse y curiosear”, lo que deja claro por qué esta plataforma de carácter visual parece ser el lugar favorito de los entusiastas del arte para compartir obras, y también se está convirtiendo en un medio de arte contemporáneo legítimo por sí mismo.
En 2014, la artista argentina Amalia Ulman utilizó su cuenta de Instagram (@amaliaulman) como telón de fondo para un nuevo tipo de arte escénico, en el que se sometió a un cambio de imagen extremo y semi-ficcionalizado. Imitando las poses, el estilo de vida y la estética de la infame “hot babe” de la plataforma de intercambio de fotos, Ulman concibió su performance Excellences & Perfections como un “boicot” a su propio personaje en Internet. El año pasado, la Tate Modern incluyó la obra de Ulman en la exposición Performing for the Camera, que examinaba la relación entre la fotografía y la performance. Esta controvertida elección curatorial suscitó un debate sobre el lugar que ocupa el arte de las redes sociales en galerías y museos. Como vehículo artístico incipiente, el arte basado en las redes sociales aún tiene un largo camino que recorrer antes de que el establishment reconozca su valor, pero tiene potencial para hacer el arte más accesible a una nueva generación de compradores.