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Despues del pae hay otra ayuda
Procedimiento pae
La siguiente información sobre la embolización de la arteria prostática (PAE) explica lo que implica y los posibles riesgos. No pretende sustituir una conversación informada entre usted y su médico, pero puede servir de punto de partida para dicha conversación.
Es casi seguro que la PAE se realice como un procedimiento preplanificado, en cuyo caso debería tener tiempo suficiente para discutir la situación con su consultor de urología y el radiólogo intervencionista que realizará el procedimiento, y quizás incluso con su propio médico de cabecera. Si necesita la EAP como una urgencia, puede haber menos tiempo para discutirla, pero en cualquier caso debería haber recibido suficiente explicación antes de firmar el formulario de consentimiento.
La PAE es una forma no quirúrgica de tratar una próstata agrandada y problemática, bloqueando las arterias que alimentan la glándula y haciendo que se reduzca. La realiza un radiólogo intervencionista, en lugar de un cirujano, y es una alternativa a la operación de RTUP (resección transuretral de próstata). La PAE se realizó por primera vez en 2009, y desde entonces más de 200 hombres se han sometido a este procedimiento, principalmente en Portugal y Brasil. El Hospital Universitario de Southampton ofrece un servicio de PAE desde abril de 2012 y es el primer centro del Reino Unido que realiza este procedimiento.
Complicaciones de la próstata con la pae
La embolización de la arteria prostática (PAE) es un procedimiento de vanguardia que se lleva a cabo para ayudar a mejorar los síntomas urinarios causados por el agrandamiento de la próstata sin el riesgo de sufrir efectos sexuales secundarios. Desarrollado originalmente en Europa y Sudamérica, este procedimiento se está estudiando ahora en los Estados Unidos. La Radiología Intervencionista de la UNC se complace en contribuir a esta investigación.
La embolización de la arteria prostática se realiza mediante una pequeña punción en la ingle. Se introduce un catéter a través de la arteria y se dirige hacia la próstata. Una vez colocado el catéter en la arteria que suministra sangre a la próstata, se inyectan pequeñas partículas que taponan la arteria, bloqueando el flujo sanguíneo. Esto se denomina embolización. A continuación se repite el proceso en el otro lado, normalmente a través de la misma punción original. El procedimiento puede durar entre 1 y 4 horas, dependiendo de la ubicación y el tamaño de las arterias prostáticas.
El procedimiento PAE bloquea el flujo sanguíneo a las zonas de la próstata más afectadas por la hiperplasia benigna de próstata (HBP), lo que provoca la muerte, o necrosis, de zonas aisladas. Como es imposible bloquear todo el flujo sanguíneo a la próstata, ésta no muere completamente. Estas zonas de necrosis hacen que la próstata esté inicialmente más blanda, aliviando parte de la presión que está causando el bloqueo de la orina. A lo largo de varios meses, el sistema inmunitario del organismo reabsorbe el tejido muerto y lo sustituye por una cicatriz. Este tejido cicatrizal se contrae lentamente, lo que provoca la contracción de la próstata. En un periodo de seis meses, la próstata se encogerá entre un 20 y un 40%, lo que se traducirá en una mejora y una menor frecuencia de la micción.
Síndrome postpático
La embolización de la arteria prostática (PAE) es un procedimiento innovador que se utiliza para tratar la hiperplasia benigna de próstata (HBP), una afección que provoca el agrandamiento de la próstata, causa habitual de los síntomas del tracto urinario inferior (STUI).
Se considera un método seguro y eficaz para la reducción de los síntomas y se ha demostrado que da grandes resultados: más del 90% de los hombres obtienen una mejora sintomática (disminución del volumen de la próstata y aumento del flujo urinario) tras el procedimiento, y someterse a la PAE no impide que se puedan realizar otros procedimientos de reducción de la próstata más adelante.
La PAE se realiza generalmente bajo sedación y anestesia local. Esto hace que la PAE sea una opción viable para los hombres con problemas médicos complejos que no pueden someterse a la anestesia general necesaria para tratamientos más invasivos.
Tras la sedación, se introduce un pequeño tubo en la arteria femoral a través de la zona de la ingle y se guía hasta las arterias prostáticas mediante rayos X. Este tubo también puede introducirse a través de la arteria radial en la muñeca, lo que permite una movilización más rápida tras el procedimiento y el alta hospitalaria.
Revisiones del procedimiento pae
El equipo que le presta asistencia sanitaria quiere animarle a participar lo máximo posible en la toma de decisiones sobre su salud y el tratamiento propuesto. Si nos dice lo que es importante para usted y nos hace preguntas, puede ayudarnos a ello. Para tomar una decisión compartida con su especialista sobre su tratamiento, es importante que lea y comprenda la información de este folleto y que luego haga preguntas. Pensar en las tres preguntas siguientes puede ayudarle a decidir cómo quiere que el equipo médico trate sus síntomas del tracto urinario inferior causados por el agrandamiento benigno de la próstata.
La glándula prostática está situada debajo de la vejiga urinaria y envuelve el conducto de agua (uretra). El agrandamiento de la glándula prostática puede provocar una obstrucción del flujo de orina. Esto puede provocar diversos síntomas, como la reducción del chorro de orina y la necesidad frecuente de orinar durante la noche.
La embolización de la arteria prostática es una nueva opción de tratamiento mínimamente invasivo y no quirúrgico para el agrandamiento de la próstata. La embolización de las arterias prostáticas bloquea el flujo sanguíneo a las pequeñas arterias que irrigan la próstata, lo que hace que la glándula se reduzca y permita un mejor flujo de orina. Esto se consigue con una inyección de pequeñas partículas en estas arterias. La PAE también puede utilizarse para controlar la hemorragia de la próstata.