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Claves para hablar en publico
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¿Serpientes? Sí. ¿Volar? No hay problema. ¿Hablar en público? Qué asco. El mero hecho de pensar en hablar en público, descrito habitualmente como uno de los mayores (y más comunes) miedos, puede hacer que te suden las manos. Pero hay muchas maneras de hacer frente a esta ansiedad y aprender a pronunciar un discurso memorable.
En la primera parte de esta serie, Dominar los fundamentos de la comunicación, compartí estrategias para mejorar la forma de comunicar. En la segunda parte, Cómo comunicarse con mayor eficacia en el lugar de trabajo, examiné cómo aplicar estas técnicas al interactuar con colegas y supervisores en el lugar de trabajo. En la tercera y última parte de esta serie, le proporciono consejos para hablar en público que le ayudarán a reducir su ansiedad, a disipar mitos y a mejorar su rendimiento.
Todas las personas sienten algunas reacciones fisiológicas, como palpitaciones y temblores en las manos. No asocies estas sensaciones con la sensación de que vas a rendir mal o hacer el ridículo. Algunos nervios son buenos. El subidón de adrenalina que te hace sudar también te hace estar más alerta y preparado para dar tu mejor rendimiento.
consejos para la ansiedad al hablar en público
Hacer una presentación puede hacer sudar hasta al más seguro de sí mismo. Tanto si se trata de una presentación formal, como de un discurso o de un debate en grupo, comunicar el mensaje con aplomo, seguridad y convicción es esencial para conectar con el público e inspirarle confianza y credibilidad.
A través de presentaciones orales y actividades en pequeños grupos, pondrá en práctica técnicas y herramientas de probada eficacia, probará nuevos enfoques y aprenderá a comunicarse con claridad y seguridad. Descubra el poderoso impacto de la narración y las habilidades prácticas de persuasión para ilustrar auténticamente su mensaje. Aprenda a organizar eficazmente los materiales para combinar el contenido analítico y emocional en una historia convincente, e incorpore introducciones dinámicas y finales memorables en sus presentaciones. Saldrá del programa con las habilidades necesarias para atraer, informar e inspirar a otros, y mejorar su capacidad de comunicación como líder.
habla sin miedo: pasa de un ner…
¿Serpientes? Sí. ¿Volar? Sin problemas. ¿Hablar en público? Qué asco. El mero hecho de pensar en hablar en público, descrito habitualmente como uno de los mayores (y más comunes) miedos, puede hacer que te suden las manos. Pero hay muchas maneras de hacer frente a esta ansiedad y aprender a pronunciar un discurso memorable.
En la primera parte de esta serie, Dominar los fundamentos de la comunicación, compartí estrategias para mejorar la forma de comunicar. En la segunda parte, Cómo comunicarse con mayor eficacia en el lugar de trabajo, examiné cómo aplicar estas técnicas al interactuar con colegas y supervisores en el lugar de trabajo. En la tercera y última parte de esta serie, le proporciono consejos para hablar en público que le ayudarán a reducir su ansiedad, a disipar mitos y a mejorar su rendimiento.
Todas las personas sienten algunas reacciones fisiológicas, como palpitaciones y temblores en las manos. No asocies estas sensaciones con la sensación de que vas a rendir mal o hacer el ridículo. Algunos nervios son buenos. El subidón de adrenalina que te hace sudar también te hace estar más alerta y preparado para dar tu mejor rendimiento.
presentación en público
Si la idea de pronunciar un discurso ante un público le hace sudar las palmas de las manos, es de esperar que pueda encontrar algo de tranquilidad en el hecho de que no es el único que tiene esta reacción. Las investigaciones indican que una de cada cinco personas experimenta ansiedad por hablar en público, lo que la convierte en uno de los tipos de ansiedad más comunes hoy en día.
La buena noticia es que otros estudios han descubierto que, con las estrategias adecuadas para combatir los miedos, se puede rendir bien cuando se tiene que hablar en público o hacer una presentación de cualquier tipo. ¿Cuáles son algunas de estas estrategias?
Cuando estás nervioso, tu ritmo cardíaco se acelera, empiezas a sudar y, si no tienes cuidado, puedes sufrir un ataque de ansiedad. Para ayudar a controlar todas estas respuestas, tómate unos minutos antes de pronunciar tu discurso para cerrar los ojos y respirar profundamente un par de veces. Calma a tu cuerpo para que puedas entrar en el escenario (o en el área de habla) con un cierto nivel de paz y sin sentirte frenético.
Incluso el orador más experimentado puede sentirse nervioso en el escenario. Cuanto más intentes disimular ese nerviosismo, más fácil será que se note. Sin embargo, admitir que hablar le produce ansiedad puede ayudar a que tanto usted como su público se sientan tranquilos. Te sientes aliviado porque ahora la información está a la vista, lo que te permite afrontar tu ansiedad y seguir adelante.