Marcas francesas de lujo
Thierry mugler
El diseño, la artesanía, el diseño único, las bellas artes y las ediciones limitadas son el foco principal de Design Limited Edition. Por ello, hoy le presentamos las 10 mejores marcas de lujo francesas, algunas de las más reconocidas y famosas en todo el mundo. Las marcas de alta gama son un indicador del estilo de vida de lujo, del estatus, del prestigio, del diseño exclusivo y del poder.
Seis de las mejores marcas de lujo francesas están en el top 10 de las marcas caras de la moda mundial. El mercado del lujo en Francia es un nicho en constante expansión y crecimiento. Por eso, descubra cuáles son las 10 mejores marcas de lujo francesas que están en la cima y explore el nacimiento real de la alta costura.
Dior es una empresa francesa de artículos de lujo que fue fundada en 1946 por Christian Dior. Con su primera colección, el emblemático diseñador francés presentó al mundo el New Look: una línea muy femenina, con cintura estrecha y faldas hasta la rodilla. La marca es famosa por sus icónicos bolsos, como el “Lady Dior”. La empresa diseña y comercializa alta costura, prêt-à-porter, artículos de cuero, accesorios de moda, calzado, joyas, relojes, fragancias, maquillaje y productos para el cuidado de la piel.
Pierre cardin
Marie-Étienne Nitot (1750-1809) se instaló en París en 1780 tras haber sido aprendiz de Aubert, entonces joyero de la reina María Antonieta. Su clientela aristocrática le fue fiel hasta la Revolución Francesa de 1789. A partir de ese momento, la joyería Nitot se convirtió en el joyero oficial de Napoleón I en 1802.
Con la ayuda de su hijo François Regnault (1779-1853), Nitot creó las joyas que ofrecerían al Imperio francés esplendor y poder. Las joyas de la boda de Napoleón con Josefina de Beauharnais, y posteriormente con María Luisa de Habsburgo-Lorena, fueron creadas por Nitot. Diseñó y engastó la corona de la coronación de Napoleón, la empuñadura de su espada y muchas otras piezas para la corte.
François Regnault Nitot se hizo cargo de la casa de joyería de su padre a su muerte en 1809 y continuó su actividad hasta la caída del Imperio en 1815. El exilio de Napoleón hizo que Nitot, ferviente monárquico, se retirara de la joyería, vendiendo el negocio a su capataz, Jean Baptiste Fossin (1786-1848).
Louis vuitton
La mayoría de los grandes diseñadores de moda y los nombres más importantes de la alta costura como Coco Chanel, Yves Saint Laurent, Louis Vuitton o Jean-Paul Gaultier son de la capital francesa. Como se sabe, Francia tiene fama de ser uno de los países más artísticos desde hace muchos años, y es obvio que la moda no está excluida.
Tras iniciar su carrera en 1970 en Pierre Cardin, Jean-Paul Gaultier lanzó su propia marca en 1976. En un movimiento característico de su posición en la moda francesa como una especie de enfant terrible, en 1997 Jean-Paul Gaultier entró en el mundo de la alta costura y se convirtió en un icono y maestro de la moda.
Gabrielle “Coco” Chanel aprendió la habilidad de la costura de las monjas del orfanato, habilidad que le resulta útil al abrir su primera tienda en 1910. Al principio, comenzó con la confección de sombreros, pero pronto fabricó ropa cómoda para mujeres, una revolución para la época.
Este diseñador de moda se marchó a París a los 17 años, donde pudo mostrar a Michele Brunhoff, directora del Vogue francés, sus dibujos y ella los publicó directamente. Durante su estancia en la escuela de moda, conoció a Christian Dior e Yves trabajó en Dior durante mucho tiempo. En 1961 creó su propia casa como marca de ropa francesa y presentó su famoso “Le Smoking” sólo cinco años después.
Coco chanel
Y su significado ha evolucionado a lo largo de los siglos. En el siglo XVIII, la Academia Francesa definía el lujo como “una suntuosidad excesiva”. En los tiempos modernos, su definición se ha desplazado hacia un concepto menos negativo, y la Academia actual describe el lujo como “el refinamiento basado en un estilo de vida de esplendor y confort”.
La palabra “prestigio” suele ir acompañada de “lujo”. El prestigio describe la imagen que un producto o una marca se forma en la mente. Y eso nos lleva al concepto de reputación. La idea de lujo incluye un elemento más materialista. Pero ambos conceptos están vinculados a un determinado modo de vida.
La conexión con la riqueza material se mantiene, pero denota un estilo de vida. Aquí es donde entra en juego la idea de placer. Más allá de la industria y los negocios existe todo un mundo de deseos, bienestar, identidad, encanto y refinamiento. Hace 20 años, la opulencia era simplemente una cuestión de posesiones, incluso de “bling”.
Pero en el siglo XXI el lujo es una filosofía, una forma de pensar y de ser que trasciende el materialismo. En una época en la que todo va deprisa, asistimos a una vuelta a ciertos valores que sitúan al individuo y a su entorno en el centro de sus preocupaciones: la familia, la salud, el deporte, la calidad de vida, por citar algunos.